viernes, 3 de septiembre de 2010

Un viejo como yo


¿Qué pensamientos podría entregar una vieja alma como la mía? He compartido 70 años de mis pensamientos, 100 años de mi sabiduría y solo 1 día de mis sentimientos. Pero lo único que parece eterno es este añejo cigarro que aun sigue encendido, no recuerdo que haya sido fumador ni mucho menos cuando llego a mi mano. Pero se me hace tan familiar, observarlo, girarlo un momento,

aspirarlo con suavidad y que el humo queme lo poco que queda de mi ser… Después de todo, solo así puedo saber que aun seguía ahí.

La sensación en mis labios, mis manos débiles y acalambradas, mis pulmones agotados y mi cabeza que daba vueltas, eran el precio de aquella noche. Una noche que no tiene recuerdos ni protagonistas, era una bella silueta sollozante y una pequeña llama extinguida.

"He sido demandado por dejar de existir en ciertos corazones y he sido condenado a la mirada fría de una mujer.
Y yo simplemente he estado aquí con mi cigarro…

¿Qué pasa en este raro mundo?"

Tal vez, debería buscarme otro vicio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario